jueves, 29 de enero de 2009

BUSCANDO LA EXCELENCIA EDUCATIVA

Por : Victoria La Cruz Garcés
Fecha : 23/01/08

En verdad que la necesidad planteada por la realidad; nos obliga a mirar el futuro con nuevas herramientas y estrategias; es verdad que la situación educativa del país, nos ofrece maestros con incipiente formación académica y alumnos con frágil perfomance intelectual; es verdad que el crecimiento nos impone nuevos ritmos; en verdad que el desarrollo nos exige nuevos retos; pero también; es verdad que las metas deben irse logrando progresivamente y consolidación oportunamente. Por ello creemos importante señalar que el mismo tiempo que se aborda el segmento estudiantil en la escuela básica, deben abordarse también el segmento universitario, pues buena parte de la concentración de nuestros esfuerzos, debe focalizarse en la oferta de las universidades, desde la construcción curricular, hasta las estrategias sugeridas en la aplicación de líneas de acción comunes y/o especializadas.
No podemos perder de vista que el maestro peruano es resultado de la escuela peruana y junto con ella de sus mitos y malos hábitos, tales como: las tareas torturantes, la aplicación sosa de estrategias automatistas y repetidoras (trabajos prácticos “hechos en casa”) la distribución perniciosas del tiempo para cada materia (45 ó 50 minutos de clase) que en realidad es el tiempo que requiere el profesor y no el estudiante; y así una serie interminable de características que no sólo no contribuye con el proceso empático que debiera desarrollarse entre el alumno y la escuela sino que peor aún, la perjudica seriamente como todos sabemos. Más aún debemos subrayar, que por añadidura el maestro también es depositario de la oferta universitaria que, como debemos reconocer, no tiene ni la calidad técnica, ni la estatura intelectual, ni la competitividad moderna y científica que requiere para entrenar profesionales competentes intelectualmente solventes; con honrosísimas excepciones que por cierto en los últimos tiempos van aumentando esfuerzos. De manera que es absolutamente indispensable abordar la formación pedagógica tanto en las universidades como en los institutos superiores para marcar las pautas, tanto en los contenidos temáticos que debieran a mi juicio ser revisados para acercarse a la realidad local – regional como económica, cuanto en la aplicación de estrategias de alta pedagogía como en el diseño de herramientas orientados al control de contingencias tanto académicas como conductuales que deberían ser motivos de entrenamiento permanente y especializado.
En suma la excelencia educativa es un reto, pero también es una necesidad, si queremos ser un país competitivo, moderno y de crecimiento sostenido; requiere pues del concurso de maestros mejores especialistas pero también necesita de programas ambiciosos conectados en un sistema de alta producción cognitiva con objetivos estratégicos claramente definidos. Sin prospectiva no hay futuro.

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