jueves, 29 de enero de 2009

A 77 AÑOS… SE IMPONE UNA REFLEXIÓN

Por : Victoria La Cruz Garcés
Fecha : 18/09/07

Para todos los apristas es claro que nacimos como Partido Antiimperialista e Indoamericano con expresa vocación de justicia y equidad; nacimos como partido de integración y de Frente Único donde los estudiantes, campesinos y obreros se incorporan y se sienten representados y defendidos; donde la Solidaridad es una misión permanente y la disciplina el marco comportamental que da soporte y solidez al movimiento. Somos los apristas un ejército de románticos e idealistas pero no por eso de torpes y frágiles marionetas. Somos en efecto, un ejército pero nos diferenciamos de muchos otros; que llamándose revolucionarios, son sin embargo alentadores de la visión imperialista. Son quienes disfrutan del poder de la riqueza y hacen de ella su valor principal y del escenario del poder su hábitat preferido, son quienes convienen con la miasma de la soberbia, de la orfandad doctrinal, del desprecio por los de abajo y sin embargo muchas veces pueden hablar en su nombre. Frente a ellos los apristas estamos claros; pero también estamos convencidos en que debemos fortalecer los mecanismos de interconexión auténtica con los nuevos actores sociales y para ello se impone la convicción acerca de la vigencia del APRA como proyecto, y del partido como su herramienta marcando la prospectiva política en el ejercicio de la auténtica democracia participativa. Ello significa que debemos estar convencidos que debemos la herramienta ideológica válida y que nuestra doctrina, sigue siendo tan revolucionaria como en los tiempos del maestro; por lo cual debemos estar firmes para enfrentar todo intento de atropello, de recorte doctrinario o de viraje ideológico. A los militares soldados del aprismo les decimos que sus esfuerzos por defender el partido no han sido inútiles que su lucha por defender el APRA como proyecto y su partido como instrumento no caerá en el vacío; que su confianza y su fe en la tesis de Haya es indispensable. Resista compañero, esté seguro que el dolor, la amargura y la desesperanza que a veces lo abruma, es un sentimiento que compartimos muchos. Resista, estamos convencidos que soplarán nuevos vientos pero para ellos es necesario su participación decidida y su firme convicción; en éste recodo es preciso tomar en cuenta lo que decía Martín Luther King “tendremos que arrepentirnos en esta generación no tanto de las malas acciones de la gente perversa, sino del pasmoso silencio de la gente buena”.
Conservar el espíritu revolucionario es un imponderable tomando en cuenta que Haya decía: “Revolución no es caos; es más bien disciplina en la acción dirigido certeramente hacia nuevos caminos. La lucha renovadora impone, más que ninguna otra, convicciones arraigadas capaces de afirmar energías tenaces. Generarlas es nuestra misión”. La tarea está planteada y el propósito aún no se ha cumplido.

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