TEMA DE GÉNERO - LA VICTIMIZACIÓN DE LAS MUJERES

Por : Victoria La Cruz Garcés
Fecha : 02/10/08

Muchas mujeres a lo largo y ancho de Sudamérica y el Perú hemos vivido “cumpliendo" las obligaciones que tenemos históricamente definidas para nosotros; es decir "servir a los demás". Este es pues una de las más importantes razones por la que las mujeres duplicamos esfuerzos. Las que trabajan fuera suelen tener dos trabajos a tiempo completo, uno en la calle y el otro empieza en cuanto llega a casa; pues tiene que cumplir con atender a los miembros de su familia; esto implica como es de suponer un sacrificio mayor; en cuyo caso puede indudablemente redundar en perjuicio de la salud física y a la larga también de su salud mental. Pero lo curioso es que ésta práctica de servicio está tan extendida que es usual que en toda reunión pequeña o grande, sean precisamente, las mujeres las que tengan a su cargo la atención y servicio de bocadillos y/o comida. En esto hay implícita una característica de nuestra estructura psicológica que orienta al sufrimiento, al sacrificio, al "servicio" y al No disfrute personal a cambio de los demás. No es extraño que se les conceda a las mujeres; en toda clase de organizaciones, inclusive las políticas; tareas de atención y servicio por ejemplo: Asistencia Social, Secretaria, Comité de Damas, Secretaria de la Mujer, etc.
Por todo ello es necesario que las mujeres tengamos conciencia que no somos ciudadanas de segunda clase y que podemos asumir responsabilidades mayores.
Cuando surgieron inicialmente los movimientos feministas, las mujeres áridas de justicia culpaban de todo a los hombres; siendo comprensible por el silencio y larga postergación; pero éstas circunstancias han ido cambiando y es necesario darnos cuenta que el tiempo de catarsis ya ha pasado y no podemos quedamos en la queja o la rabieta; el paso hacia adelante ya se dio, no podemos detener la marcha es necesario crecer y avanzar, venciendo nuestras autolimitaciones, rompiendo nuestros propios candados psicológicos que nos hacen sentir víctimas; es necesario tener claro que la lucha no es contra los hombres, es junto con ellos; por una mejor convivencia y una mejor sociedad; no aceptemos más que se nos mire por debajo del hombro, como pobrecitas indefensas; pasemos del llanto y la pasividad; a la acción contundente, a la dirección y al liderazgo; la humanidad nos espera y nos necesita, estoy segura que los hombres nos acompañarán; pero sólo será posible si nos mantenemos unidas, apoyándonos defendiéndonos, eligiéndonos y decidiéndonos a ser libres.