jueves, 29 de enero de 2009

LAS MUJERES Y EL APRA: SOLIDARIDAD Y COMPROMISO

Por : Victoria La Cruz Garcés
Fecha : 17/09/08

Al repasar en nuestra memoria la historia del Aprismo; no podemos pasar por alto la presencia significativa de las mujeres que cumplieron un rol fundamental en la estructuración, desarrollo y fortalecimiento del Partido y sobre todo de su causa revolucionaria.
Quizá debamos subrayar el hecho de que a pesar de que el voto femenino recién se instaura en el Perú en 1955, ya desde mucho antes la participación de las mujeres en política no sólo era gravitante sino singularmente efectivo; no olvidemos la acción decidida y perseverante de la c. Juanita Gonzáles Trujillo ya en 1921 con sólo sus 15 años a cuestas desplegando con agudo desenvolvimiento revolucionario, una serie de tareas clandestinas para las que la fe y la conciencia son sus principales aliadas y precisamente con ellos pudo mantenerse, cuando ya en 1936 fue encarcelada junto a su pequeña hija recién nacida a quién todavía debía de amamantar siendo la bebé la presa política más pequeña del mundo. Así como ella, las mujeres que junto con el Jefe tuvieron intervención decidida, le dieron el soporte casi religioso que fue adquiriendo el movimiento aprista. Fue esa espiritualidad fraterna y el ejercicio solidario permanente, lo que junto a la convicción clara sobre la revolución hicieron del Aprismo una HERMANDAD indestructible.
Hoy un nuevo aniversario nos obliga no sólo a recordar; sino a replantear tareas, también respecto a las mujeres; por lo cual es indispensable abrir debate en relación las políticas dirigidas a las mujeres como objeto de inversión.
Entre el 2005 y 2006 sólo un promedio de 8,500 millones de dólares de un total de 26 millones de Dólares Americanos, fueron destinados a sectores que promueven específicamente la igualdad de género.
La región de Asia y el Pacífico está perdiendo de 42 a 47 mil millones de dólares al año como resultado de la falta de acceso de las mujeres al mercado laboral. Según los últimos informes del Banco Mundial existe efectivamente una relación indiscutible entre el aumento del ingreso pér-cápita y la presencia de la mujer con más educación y por tanto con más participación en la sociedad. Por lo cual es necesario considerar que invertir en las mujeres es potencialmente una inversión múltiple; no olvidemos que la mujer sigue siendo la piedra angular de la familia y la familia, el núcleo básico de la sociedad; los males de la mujer por tanto son en efecto los males de la sociedad. En la medida en que las mujeres venzamos la propia subestimación, venceremos al subempleo y la subvaloración; al romper nuestros candados psicológicos la inversión será mejor y entonces erradicar la pobreza y emprender el desarrollo será más sencillo.

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