jueves, 29 de enero de 2009

LA SALUD MENTAL Y LA FAMILIA

Por : Victoria La Cruz Garcés
Fecha : 15/10/08

Creo necesario tocar este tema, en la espera de que la realidad se convierta en nuestro primer aliciente para impulsar una estrategia más agresiva contra el flagelo más poderoso del mundo y que pasa por nuestro delante sin mayor importancia para muchas autoridades.
El alcoholismo y la drogadicción, son cada día el lado más oscuro de la humanidad, el rincón inabordado por venganza, anomia o importancia; el vértice silencioso que ofende la moral y que guarda en secreto y que en forma sostenida se va haciendo sólida y cada vez más invencible.
Es el consumo de alcohol una cortina para ocultar la vergüenza, la frustración, el dolor y la impotencia. Es la práctica social más permitida y que guarda en su interior un monstruo de mil tentáculos que va tragándose a su víctima con la complicidad de todos y el silencio de la familia. Es el alcoholismo un enemigo agazapado que va ganando terreno, sin que la víctima se defienda y donde los amigos son los principales "enemigos". Es el alcoholismo la forma más lenta y cruel de morir, es el camino que no tiene retorno y que salpica mortalmente a la familia, quebrando primero la paz y la prudencia; luego estrangula la comunicación y el contacto afectivo, avanzando irremediablemente a la pérdida progresiva de la autoestima y por supuesto a la irresponsabilidad; el alcohólico cambia sus prioridades y la familia termina relegada, afectando gravemente la salud mental de sus hijos, quienes sienten que estorban y que nadie los quiere, pues usualmente la madre está o comprometida con el alcoholismo o sometida a la actitud de temor y sumisión, que oculta un gran odio contenido, que finalmente va aflorando, con agresiones verbales, físicas o emocionales contra los hijos; iniciándose una espiral de hostilidad y violencia reprimida, que explota en cada desborde conductual, en cada episodio delictivo, que la sociedad tiene que enfrentar. La falsa imagen de sí mismo que el alcohólico desarrolla cuando está bebido, le hace sentir poder y usualmente somete a la familia a la reducción de sus gastos y a su progresiva ruina económica, con la correspondiente miseria en diferentes formas (promiscuidad, abuso sexual, falta de pudor, conducta inmoral, etc). Es el alcoholismo la manera más rápida de romper la unidad familiar, de abandonar las responsabilidades, de destruir el amor conyugal, de quebrantar el respeto entre padres e hijos.
Es el alcoholismo el enemigo de la célula básica de la sociedad, que al descomponerse genera hostilidad de los hijos y la esposa(o) y agresión verbal o física de parte del alcohólico(a) que siempre niega serlo que dice ser capaz de "controlar todo", que son "sólo unos tragos", etc., generando frustración, vergüenza y odio reprimido también en los hijos; sentimientos que van creciendo junto con ellos y que se replican con cada uno al llegar a la adolescencia o la juventud, repitiéndose inevitablemente el círculo y lográndose una fatal reproducción geométrica de este flagelo en la sociedad. Es el caldo de cultivo para el pandillaje, la promiscuidad, que van junto con el consumo de alcohol hacia el consumo de drogas. Un niño cuyo padre bebe siempre, considera al alcohol un aliado de la felicidad y apenas puede empezará a beber, siendo la escuela su primer escenario; empezando con ello su descenso a la muerte, porque quien vive destruyéndose y destruyendo a los que quiere, en realidad no vive sino que muere poco a poco, porque mueren sus metas, mueren sus sueños, mueren sus alegrías y mueren también irremediablemente sus posibilidades.
¿Acaso nos hemos detenido a pensar como aumenta de manera alarmante este flagelo? ¿Nos hemos preguntado si hay en la familia un alcohólico? ¡Estamos dispuestos a reconocerlo!
No olviden que 12 estados de embriaguez con pérdida de la conciencia en 01 año es ½ paso al alcoholismo. Empieza hoy a sacar cuentas.
Sea este capítulo de reflexión un llamado de auxilio para que nuestras autoridades se preocupen por establecer políticas preventivas en salud mental y se pongan en marcha diferentes formas de abordaje para que el círculo se detenga. Es necesario que así como hay campañas contra el cáncer, el SIDA, etc., debe haber contra el alcoholismo, porque éste, mata, no sólo a la persona, sino a la familia y con ello hiere de muerte la salud mental de la sociedad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante el articulo, yo le agregria , que la prevension debe iniciarse en el hogar,,,ya no con escuela para padres, sino con grupos en terapias del Perdón, para que cada padre o madre tome conciencia del porqué un hijo suyo cae en alcoholismo, porque los hijos son consecuencias de un hogar pobremente constituidos en los afectos....Querida compañera felicitaciones por su articulo....

Anónimo dijo...

Olvide poner mi nombre ...YSABEL CHAMBILLA