En estos días de larga espera, en que el Perú ha soportado lentamente, una serie de argumentos esgrimidos por la defensa fujimorista; no hemos podido olvidar ni un sólo instante la profunda amargura, decepción y desesperanza que quedó guardada para siempre en nuestro corazón, después del nefasto gobierno de Fujimori.
¡Miente Fujimori! cuando afirma no conocer los oscuros planes de Montesinos y su ejército de alucinados porque los peruanos recordamos con náusea como lo defendió una y otra vez, frente a las denuncias hechas por políticos y periodistas en diferentes ocasiones.
¡Miente Fujimori! cuando afirma no conocer al Grupo Colina cuando todos recordamos el memorándum de felicitación después de los muertos de Barrios Altos y su orgía de sangre.
¡Miente Fujimori! cuando dice no conocer la corrupción que alimentaba y mantenía Montesinos con plata del presupuesto público y del narcotráfico porque él mismo se mantuvo en el poder gracias a la defensa cómplice de la reelección.
¡Miente Fujimori! cuando anuncia su servicio a la nación en pro de la paz y contra el terrorismo porque los peruanos nunca quisimos la paz de los cementerios y jamás le pedimos enfrentar el terrorismo con la barbarie.
¡Miente Fujimori! cuando nos quiere hacer creer que le duele la pobreza de nuestros niños y el abandono económico y moral de muchos peruanos cuando no fué capaz de condolerse por el sufrimiento y maltrato oprobioso que se le dió a su ex esposa con la anuencia cómplice y vergonzosa de sus hijos Keiko y Kenji a quienes pretende heredar sus apetitos políticos.
¡Miente Fujimori! cuando nos quiere hacer ceer que fué el mejor presidente por mantener la estabilidad económica y enfrentar el terrorismo a cambio de éso nos dejó como herencia una práctica política de mercantilismo de compra y venta de simpatías políticas. Gracias a Fujimori la política se pauperizó al grado más inferior.
Gracias a Fujimori la moral dejó de ser un capital político.
Gracias a Fujimori la política fué infestada de ladrones, incompetentes, mercaderes y sanguijuelas.¡Miente Fujimori! cuando quiere hacernos creer que el Perú le importa, piensa como japonés, actúa como japonés, es japonés, es su sangre parecida a la de Charles Taylor, Pol Pot, Mobutu, Stroessner o Pinochet y debemos decirle con claridad el Perú no es Camboya, ni Liberia, ni Paraguay o Chile y estamos dispuestos a defenderlo de tiranos y megalómanos como él.
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