miércoles, 11 de marzo de 2009

HOMENAJE A VICTORIA LA CRUZ

EN EL DÍA DE LA MUJER ¡BASTA YA!



Queridos compañeros:



En el día de la mujer es necesario reflexionar sobre las condiciones, escenarios y posiciones en las que nos encontramos; precisamente en éste intento siento la imperiosa necesidad de rechazar de forma contundente una situación que se ha hecho costumbre, en el objetivo de reconocer y homenajear a la mujer se ha construido una tendencia que victimíza, subvalora y enajena a la mujer violando su real magnitud.


Las mujeres cumplimos un rol físico y social que nos otorga un lugar que esta hecho para nosotras, que es nuestro espacio, que no nos ha sido dado de favor, que nos corresponde de facto y que no tenemos por que tolerar que sea mal usado, transformado y utilizado en beneficio político o económico de quienes sobreviven en razón de las miserias del ser humano hombre o mujer.


Me niego total y absolutamente a ser homenajeada como mujer en el falso entendido de que a la “Pobre Mujer” “débil” e “indefensa” se le abusa, se le margina por lo que la sociedad en un acto de justicia y de protección, debe generar espacios legales que provean los recursos para su defensa, debe organizar sistemas punitivos y/o castigadores para que los hombres no abusen.


Esta es una situación que desvía total e intencionalmente la interpretación objetiva de los escenarios en los que las mujeres y los hombres nos desenvolvemos.


De ninguna manera se trata de que el abuso o maltrato sea de responsabilidad individual del malvado hombre, se trata de una situación que ha sido interpretada intencionalmente de forma distorsionada, aquí hay una situación manejada con un lenguaje subliminal de minusvalor, de empobrecimiento y de minimización de la mujer y su espacio en la sociedad. Las mujeres somos y seremos seres de necesidad para el equilibrio de la humanidad, somos y seremos productivas, fértiles, altamente productoras de hijos, de sueños, de obras, de hombres y mujeres, tenemos un espacio, un rol y un valor que inobjetablemente nos pertenecen y no nos será arrancado.


No más debemos permitir que se nos mire por debajo del hombro, que se nos desprecie tratándonos de inferiores, débiles y pobrecitas inútiles; esa grita en comparsa que en apariencia nos defiende, no es más que un doble lenguaje orientado a victimizarnos, empequeñecernos, restregarnos en las narices nuestra supuesta debilidad indefensión e inferioridad.


No más debemos permitir que los “fuertes” de esta “sociedad bondadosa” nos defiendan. Las mujeres somos y seremos suficientes para defendernos cuando sentimos que estamos siendo agredidas, así como defendemos a nuestras crías, a nuestros hijos, nuestras obras, nuestros espacios, nuestros derechos; con amor, pero con firmeza; con raciocinio, pero con fiereza; con entrega, pero con exigencia; con respecto, pero con coraje.


Así somos las mujeres; así hemos sobrevivido, incólumes enfrentando marginación, desprecio, crisis, pobrezas, hambres, los propios y los de sus hijos y sus hombres.


Las mujeres en realidad no hemos sido, ni somos, ni seremos el sexo débil, muy por el contrario somos la viga natural que Dios le dió al mundo para mantenerse erguido, somos la piedra angular de la armonía. Así de fuertes e importantes somos y seremos; cerremos filas y defendamos a la mujer de ésa comparsa hipócrita que nos arrincona y nos empequeñece.


¡Basta ya de dádivas legales y ridículas cuotas!


Construyamos una sociedad igualitaria y respetuosa, defendamos nuestros espacios y arranquémosle al sistema, la brecha que nos corresponde en el camino.


Los hombres y mujeres construyamos juntos una sociedad de apertura en un sistema de justicia de igualdad y de respeto.


¡La paridad es nuestro derecho, la representación es nuestro deber, hagámoslo realidad!


Con cariño y respeto por los hombres y mujeres justos del Perú.


Con los sueños de justicia del Maestro Víctor Raúl.


Con la esperanza de un mañana mejor para todos.